La decisión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de poner vallas en las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner, luego de las denuncias de los vecinos tras cinco días de un acampe de militantes, disparó una nueva pelea entre el kirchnerismo y la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, que derivó en una marcha a Recoleta impulsada por La Cámpora.
“Están simulando una detención domiciliaria”, dijeron. Luego llegó la declaración de la propia Cristina Kirchner que apuntó contra el jefe de Gobierno porteño. “Amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada”, sostuvo.
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