
Integrantes de pueblos quechuas, guaraníes y aymaras coincidieron en destacar su fervor ante la participación del seleccionado argentino en Qatar, al afirmar que el conjunto albiceleste «despierta pasiones, emociones y lleva alegría a los pueblos», al tiempo que una de las voces consultadas enfatizó: «mi identidad y mi orgullo ancestrales conviven perfectamente con mi argentinidad, sin olvidar que el Estado se fundó sobre el genocidio indígena».
Fidel Mayol, un joven de la Comunidad Indigena Guaraní Warisata, del partido bonaerense de Florencio Varela señaló que «el fútbol es el de mayor agrado para nosotros porque tiene que ver con lo colectivo, con ese compartir en equipo y con el amor por los colores».
Y consideró al Mundial como «el evento más grande de este deporte popular que, si bien acarrea por detrás un enorme negocio, y
todo lo que ello significa, es el deporte favorito de la mayoría de los hermanos y hermanas».
«Los indígenas somos amantes de los deportes; si bien cada pueblo nación tiene su propia actividad deportiva o juego ancestral muchos hemos desarrollado una pasión por el fútbol, que es el deporte que más se juega en los barrios populares que es donde esta asentada mucha de nuestra gente», añadió
A su vez afirmó: «Mi identidad y mi orgullo ancestrales conviven perfectamente con mi argentinidad, sin olvidar que el Estado se fundó sobre el genocidio indígena. No obstante, los guaraníes que habitamos este país cantamos el himno, prometimos y juramos lealtad a la bandera y muchos de nuestros hermanos, padres y abuelos defendieron la patria en la guerra de Malvinas orgullosos de ser argentinos».
«Mi identidad y mi orgullo ancestrales conviven perfectamente con mi argentinidad, sin olvidar que el Estado se fundó sobre el genocidio indígena»
«Si bien soy un hincha de los equipos latinoamericanos de esta ´Abya Yala´ (América, en lengua del pueblo kuna, oriundo de Colombia y Panamá), espero que Argentina salga campeón», enfatizó el joven guaraní que además señaló que «todas las opresiones contra las mujeres y las diversidades sexuales que se viven en Qatar a uno le duele porque uno siente las injusticias y no es ajeno a eso».
«Lo bueno del Mundial es que trae alegría al pueblo y si el pueblo sale a festejar, ahí estamos», indicó por su parte Rumi Kuchuna Ullpu, integrante de «Ayllu» (comunidad en lengua quechua) Mink’akuy Tawantinsuyupaq, de la localidad bonaerense de Wiiliams Morris.
Además señaló que, si bien se siente «identificado con el seleccionado argentino, por momentos lo vivo con muchas contradicciones porque con el Mundial 1978 -organizado por la FIFA y la dictadura cívico militar que gobernada entonces Argentina- me dí cuenta que sirve para tapar algunas cosas».
Por otro lado, Iber Mamani, un joven quechua aymara que vive en Villa Celina del partido bonaerense de La Matanza, indicó a esta agencia que «el fútbol es uno de los deportes más hermosos; de niño y adolescente jugué al fútbol en varios clubes. Para mí lo era todo pero con los años fui comprendiendo también que el fútbol a veces es manipulado por intereses políticos, económicos y que es un negocio».
«Lo bueno del mundial es que junta a muchas personas de diversos países y culturas y es un momento importante para compartir, para conocerse entre los pueblos e inclusive para llevar felicidad a muchas naciones y también es un gran momento de festejos y emociones para compartir con amigos y en familia», añadió.
El joven nacido en Bolivia manifestó: «en este mundial me apoyó en Argentina a quien aliento porque la he adoptado como mi segundo hogar; acá vivo, trabajo, tengo familia, milito y sueño, justamente mis sueños están pensados en este hermoso país».
«Si bien quiero que les vaya bien a países hermanos de la patria grande de esta Abya Yala o a países de África, obviamente mi mayor anhelo es que gane Argentina», enfatizó el joven aymara.
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